CÍRCULO HOLMES

Asociación Cultural

Bienvenido a nuestro cajón de sastre


Efectivamente, este es nuestro cajón de sastre. Aquí iremos poniendo todo aquello que no tenemos integrado en los demás menús. De momento podeis disfrutar de Entrevistas, Podcasts y Artículos que iremos colgando a medida que podamos. Ya podeis ir disfrutando de las buenas entrevistas realizadas por nuestro Jabez Wilson particular, Luís de Luís y de algunos podcasts que hemos recuperado por ahí, alguno de ellos realmente importante y difícil de conseguir. ¡Pasen y vean!


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02.11.2017

Entrevista a Esteban Martín

“Picasso fue feliz pintando, el resto de su vida era otra cosa”

Después de la exitosa “La Clave Gaudí”, Esteban Martín cambió de tercio para, tenaz y concienzudo, correr un riesgo literariamente innecesario, pero, seguro del material que tenía entre manos y de cómo debía llevarlo a cabo, conjugó la convulsa Barcelona de principios del siglo pasado a la que convocó a Picasso, Jack el Destripador y Sherlock Holmes para narrar, en “El Pintor de Sombras”, un deslumbrante y descarnado pas a trois.

esteban_martin.jpg

Picasso y usted eran vecinos…
Sí (risas) Siempre digo que, durante un tiempo, Picasso y yo fuimos del mismo barrio.

¿Cuál?
Verá, yo estudié en la desaparecida Academia Montcada, a pocos metros de donde se creó el museo Picasso. Vi nacer ese museo cuando era niño. Nací en la Barceloneta, también muy cerca de donde se encontraba la Plaza del Torín, donde Don José – el padre de Picasso – llevaba al chico a ver los toros. Mis calles, mis espacios urbanos, con setenta años de diferencia, eran los mismos que habitó Picasso de 1895 a 1899.

Ahí está el germen de “El Pintor de sombras”
Si, la novela cuenta los años de infancia y adolescencia de un genio, Picasso, y su enfrentamiento con un monstruo, Jack el Destripador, y la transformación que se produce en el chico a raíz de dicho enfrentamiento. Esta lucha entre dos fuerzas tan poderosas: un genio del mal en la cumbre de su arte y un genio del arte en el inicio de su carrera. Y también dos historias de amor. Las de dos hombres, el pintor y el detective, hacia una misma mujer. Dos formas diferentes de amar. Y …


Y, por supuesto, un homenaje al mejor detective de todos los tiempos en un caso que he pretendido que estuviera a la altura de su genio.

El título es extraordinario y muy llamativo y evocador…
Sí, creo que es un buen título y, casualidades de la vida, a poco de editarse el libro el Museo Thyssen organizó una exposición sobre el pintor y la sombra. El título no hace referencia a Picasso, sino a Jack, por cuestiones que se cuentan en la novela y que, por respeto al lector, no debo desvelar.

El libro trasluce una importante labor de documentación.
La documentación fue a tres bandas: Picasso, Jack y Holmes. Sobre Picasso, muchas obras, pero principalmente: Patrick O`Brian, Daix, Cabanne y Palau y Fabre. En cuanto a Jack: Patricia Cornwell y algunos de los autores que han tratado la Teoría de la Conspiración. Por cierto, una película excelente sobre el tema es “Asesinato por decreto” de Bob Clark. Creo que un poco injustamente olvidada y muy anterior a la excelente “Desde el Infierno”, basada en el cómic de Alan Moore.

¿Y sobre Holmes?
Tenía muchas ediciones, pero ninguna que recogiera todo el Canon. Recuerdo que durante la firma de “La Clave Gaudí” en la Feria del Libro de Madrid cuando me acerqué al stand de la librería Estudio en Escarlata y encargué la magnífica edición de Cátedra. También he tenido que documentarme mucho sobre mi ciudad: Barcelona.

Y sobre el procedimiento policial.
Sí, otro aspecto que me interesaba mucho plasmar en la novela era cómo era la investigación policial a finales del XIX. La antropometría y la dactiloscopia estaban en sus inicios y el investigador sólo contaba con la paciencia, la resistencia a la fatiga, su intuición y muy pocos elementos técnicos. Ahora todo ha cambiado; la policía dispone de técnicas muy sofisticadas: quiroscopia, palmatoscopia, la clasificación de las diferentes manchas de sangre en el escenario de un crimen, retratos robot, reconstrucción facial, identificación odontológica, ADN, la entomología, fonética y antropología forense, balística, los perfiles criminales… aunque en esto último Holmes era un auténtico maestro.

Entonces… ¿”El pintor…” es un policial?
Sí, pero al modo de Poe y Conan Doyle. Pero también quería trabajar otros subgéneros narrativos: la novela de aventuras, histórica, de formación…

Y las dualidades.
Y los personajes, si. Si te fijas todos tienen su opuesto, su contrario: Arrow/Font; Don José/Picasso; Jack/Picasso; Sherrinfod/Doyle, entre otros. Con esto pretendía tocar ciertos temas representados por cada uno de los personajes.

¿Cuánto hay de ficción y cuanto de realidad en “El Pintor de Sombras”?
Digamos que un cincuenta por ciento. Los datos históricos y biográficos son ciertos. El otro cincuenta pertenece al territorio de la invención. He intentado seguir la máxima aristotélica de “debe preferirse lo posible pero verosímil a lo posible pero no convincente”.

¿Quizá la mayor virtud de Picasso fue su capacidad para convertir estados de ánimo en arte?
Y de romper moldes…


Y de pintar bajo una absoluta libertad pero con un conocimiento profundo de los grandes maestros. Subvertir desde la tradición y trascenderla….

Reimaginándola.
Si, Picasso no sólo hizo todo eso, sino que se reinventó a sí mismo en cada nuevo período artístico. Picasso liberó a la pintura de su carácter imitativo y pudo reformular y definir de nuevo las formas, así como la superficie y el espacio.

Descomponiéndola.
Cierto. Picasso practicó, en todos los ámbitos del cuadro, todas las variadas posibilidades de descomposición de la forma, tanto en retratos, paisajes, naturalezas muertas, etc. Renovó y reformuló todos los elementos constitutivos de una obra pictórica: punto, línea, perspectiva, geometría, tono, color, dibujo, volumen, composición.

Lo que no quita para que, a su manera, fuera un tradicionalista.
Claro, Picasso se apropió de los discursos anteriores para generar nuevos discursos y, además, en su período cubista hace algo verdaderamente insólito: el concepto de collage. Con el collage se pasa de la representación del objeto a la presentación del mismo. Esto será de suma importancia para el desarrollo posterior del arte contemporáneo.

En su etapa inicial, Picasso estuvo muy influido por el modernismo catalán…
Desde luego, su llegada a Barcelona le abrió las puertas hacia nuevos caminos. Creo que el conocimiento de Nonell fue fundamental en ese momento.

Tanto vital como artísticamente ¿Qué importancia tuvieron los años barceloneses en Picasso?
Els Quatre Gats, los artistas que lo frecuentaron, habían visto cosas nuevas en París. Por otro lado, eran mucho más vanguardistas que en el resto de España. Picasso estaba atento a todo esto y sintonizó con ello.

La muerte de su hermana y su retiro a Horta de San Joan fueron dos sucesos claves en su vida…
Cuando su hermana enfermó, le pidió a Dios que, si no moría, él dejaría de pintar para siempre. Su hermana murió y… bueno, Picasso nos ha legado 30.000 obras. En cuanto a Horta, Picasso siempre dijo que todo lo que sabía lo había aprendido en Horta. Yo creo que se refería, no a la pintura, sino al contacto con la gente, con la tierra, con la vida dura y diaria.

En “El Pintor de Sombras” describe con minuciosidad los ambientes bohemios de Barcelona.
Yo quería acercar al lector a la Barcelona de ese momento, a las calles, a los ambientes, a la vida de la ciudad, a sus conflictos, a sus transformaciones. A esos espacios por los que se mueven los personajes, los cafés-concierto, los tugurios de mala muerte, los centros artísticos de reunión, los prostíbulos, los primeros cinemas. Desde ese aspecto, todo lo que se cuenta en “El pintor de sombras” es real. Y creo que los lectores lo agradecen.

La vida de los burdeles transcurre, a pesar de su evidente sordidez, en un ambiente en cierto sentido, vitalista y, ¿cómo decirlo? feliz.
Sí. El ambiente tenía esa doble vertiente: de sordidez por un lado y vitalismo por otro. He pretendido mostrar ambos aspectos para dotar de dimensión a la novela y mostrar cómo todo eso influye en los personajes.

De hecho “Las señoritas de Aviñon” fue un cuadro catárquico para Picasso…
Y que cierra la novela. La pregunta era: ¿cómo un pintor ya con cierta fama – el cuadro lo inicia en 1906-, que empieza a tener dinero y cuyos cuadros – Picasso se encuentra en su Época Rosa-, se venden bien, decide encerrarse durante nueve meses para pintar una sola obra? Fue casi un parto.

Y un parto laborioso.
Sí, desde el otoño de 1906 hasta julio de 1907, Picasso hace 809 estudios previos, algunos cuadros y estudios en acuarela, más de media docena de cuadernos – en los que, al principio, aparecen cinco figuras femeninas y dos masculinas: un marinero y un médico.

¿Qué fue de ellos?
Luego, en la versión definitiva, desaparecen las figuras masculinas y deja a las cinco chicas. Además, el tema es un burdel; tema que recupera de su estancia en Barcelona muchos años antes –la época en la que trascurre la mayor parte de mi novela-.

Es un detalle revelador del proceso de creación del cuadro.
Es que en la historia del arte no se conoce ningún otro cuadro que haya sido preparado con tanta dedicación. Yo me pregunté por qué y, al final de “El pintor de sombras”, Picasso mostrará ese cuadro a la única persona que puede entenderlo.

Su importancia es tan enorme…
“Las señoritas de Aviñon” no es sólo el cuadro más importante del siglo veinte, sino uno de los cinco o seis fundamentales en la historia del arte. Después de “Las señoritas…” ya no había vuelta atrás. Marca un antes y un después.

… como la polémica que le rodea…
Sí. La realidad histórica, en la que coinciden muchos de sus biógrafos, es que lo pintó en competencia con Matisse. Como he dicho, en ese momento, Picasso empezaba a ser conocido y reconocido, pero el artista realmente vanguardista era Matisse y no Picasso. Eso Picasso no lo podía tolerar. A lo largo de su vida, Picasso sólo reconocerá a un rival: Matisse; no consideró a ningún otro pintor que pudiera estar a su altura. Por eso pintó “Las señoritas…”. Cuando lo acabó lo mostró a un grupo de amigos y no lo comprendieron. Matisse dijo que Picasso se había vuelto loco, Derain que terminarían viendo a Picasso detrás del cuadro y colgado en mitad de su estudio; Apollinaire se quedó perplejo. Después de eso, Picasso ocultó el cuadro durante diez años. Picasso no quería escandalizar, sino hacer algo nuevo. Y realmente lo consiguió. Las señoritas no es sólo el cuadro más importante del siglo veinte, sino uno de los cinco o seis fundamentales en la historia del arte.

Picasso fue un hombre introvertido, huraño y ciclotímico ¿Cree que fue realmente feliz?
Creo que fue feliz pintando. Como dije, nos legó 30.000 obras. El resto de su vida fue otra cosa. Su madre le dijo una vez a Olga, su primera mujer, que dudaba mucho que alguien pudiera ser feliz junto a su hijo.

En la novela conviven hechos de la Gran (La guerra de Cuba, los levantamientos anarquistas) como de la Pequeña Historia ( la fundación del F.C. Barcelona)…
Sí, todo eso está muy presente y, creo, que muy trabajado en la novela. Los personajes, al igual que las personas, son difíciles de entender si no somos capaces de ver todo aquello que está ocurriendo a nuestro alrededor.

De hecho, las consecuencias de la derrota de Cuba y los movimientos anarquistas gravitan durante toda la novela ¿Cómo era el ambiente socio político de la Barcelona de principios del XX?
Muy conflictivo y creo que lo explico un poco en la novela. La pérdida de Cuba – que para toda España provocó un sentimiento de humillación y de vergüenza-, para Cataluña, además, no sólo tuvo consecuencias económicas, sino también políticas. Es en ese período donde el catalanismo político empieza a surgir con más fuerza. Por otro lado, la actitud de las clases conservadoras respecto a las reivindicaciones obreras fue muy intransigente, contribuyendo con ello a un movimiento anarquista desbordante y demoledor. Como dice Vicens Vives, el anarquismo se desarrolló como consecuencia de la falta de visión y la dureza de los patronos. En el fondo, se perdió la oportunidad de dotar al Estado de una estructura eficiente y moderna y cuyos dirigentes, en vez de politiquear, se pusieran manos a la obra para dar solución a los más dramáticos y urgentes problemas del país.

Trata, incluso, la instalación de la maquinaria de la Vanguardia.
En cuanto a La Vanguardia, es un periódico que se funda el mismo año en que nació Picasso. Uno de los periodistas ayudará a Arrow en sus investigaciones.

Ahora que lo dice, Los lectores curiosos que (h)ojeen la novela se sorprenderán lo poco que aparece el nombre de Holmes y lo mucho que aparece el nombre de Arrow.
Arrow es un personaje real. La policía de Barcelona llamó a un inspector inglés del Yard, John Arrow para organizar un cuerpo de policía paralelo para luchar contra el anarquismo. Al parecer, el Arrow real no cumplió con las expectativas puestas en él. En una Vanguardia de la época, en la que se hablaba de dicho inspector, en la misma página, a la izquierda, el periodista comentaba que, en el teatro Principal, se representaba con gran éxito una versión teatral de Sherlock Holmes.

El Arrow real llegó más tarde a Barcelona.
Sí, yo sólo adelanté la llegada de este inspector hasta la época en que sucede la acción de mi novela y pensé: ¿y si este hombre hubiera estudiado en la Escuela secundaria de Stonyhurst, regentada por jesuitas, en la misma época en que lo hizo Doyle? ¿Y si Doyle se hubiera dado cuenta de las dotes de observación y deducción de este niño, amigo y compañero, y mucho tiempo después lo convirtió en su famoso personaje? Tal vez por aquel tiempo, cuando se conocieron ambos niños, Arrow soñaba que, de mayor, quería ser detective y Doyle un famoso escritor de novelas históricas. Así fue como convertí a John Arrow en Steven Arrow: futuro germen de las historias del detective consultor más famoso de todos los tiempos.

Se hizo un Holmes a medida.
En el fondo quería reinventar a Holmes, rendirle un homenaje que, espero, no moleste a todos los holmesianos. El riesgo era crear una historia que estuviera a la altura de tan importante personaje y que no desmereciera de las originales. Esa fue una de mis pretensiones.

¿No “teme” las iras de los puristas?
No, no “temo las iras”, porque lo he hecho desde el respeto y la admiración.

De hecho, a lo largo de la novela los holmesianos encontrarán guiños y referencias.
Sí, a muchos relatos del Canon. Pero permíteme que no los descubra. Dejemos este juego en manos del lector. Se trata de eso, de un homenaje y un tributo a uno de los personajes más logrados de la literatura.

¿Qué cree que ha aportado al personaje?
Lo que me dicen algunos lectores. Si bien he mantenido las características que le han convertido en un personaje universal, le he liberado de su egocentrismo, le he hecho vulnerable, melancólico, menos extrovertido en algunos aspectos y, desde luego, no inmune a las debilidades y pasiones humanas. Por lo demás, su mente continúa rebelándose contra el estancamiento y sigue pensando que el trabajo es el mejor antídoto contra la lamentación. 

Me llama la atención que su Holmes y Watson (Arrow y Sherrinford, respectivamente) lleven “a cuestas” un gran spleen…
Sí. Es verdad, a este respecto, las conversaciones entre ambos personajes a lo largo de “El pintor de sombras”, son muy reveladoras.Arrow está poseído por una cierta melancolía pensativa y cierta tristeza muy al modo de Baudelaire. Arrow ama su oficio y, al mismo tiempo, le gustaría dejarlo. Pero, como Aquiles, está condenado. Sabe, por otra parte, que los monstruos seguirán incluso cuando él deje este mundo. El mundo, parece decir Arrow, no cambiará, aunque él se empeñe en mejorarlo a través de su oficio, de sus extraordinarias dotes y facultades al servicio del bien.

¿Y Sherrinford?
El spleen de Sherrinford es de otra índole. Se manifiesta ante la preocupación por su compañero, maestro y amigo. No así frente al mundo, pues, al principio de la novela y en sus conversaciones con Arrow, tiene una gran fe en el futuro, en el nuevo siglo que se encuentra a la vuelta de la esquina.

Por cierto, cuándo se planteó unir a Picasso y a Sherlock Holmes nadie le dijo: ¿De qué vas?
Me lo han dicho después. Pero, como habéis podido comprobar, todo cuadra en la ficción. La cuestión es que el lector, al principio, no se pregunte “¿pero, de qué va ésto?” Y conseguir que continúe hasta la última página. Cuando acabas “El pintor de sombras”, todas las preguntas están contestadas.

No le he preguntado aún por su primer recuerdo de Holmes…
Imborrable. Una vieja película de Basil Rathbone, que ocurría en el interior de un tren, y que vi en el desaparecido cine Barcino de mi barrio. Iba con mi tío, a quien le gustaba el cine tanto como a mí. Nuestros compañeros eran una tortilla de patatas y una gaseosa marca Gigante que regalaba cromos del lejano Oeste en el interior de una bolsita de plástico unida al tapón. Se trataba de un programa doble. La otra película era: “Los crímenes del museo de cera”, con Vincent Price. He tenido muchos días felices a lo largo de mi vida. Éste fue uno de ellos.

Su primer libro de Holmes fue…
El primer libro que tuve de él era de la editorial Molino de la que tenía un montón de libros que me iba comprando cada semana: “Ben-Hur”, “Tom Sawyer”, “La cabaña del tío Tom”, “El capitán Blood”, “El cisne negro”, “Colmillo Blanco”, “El halcón del mar”, “La isla del tesoro”, “Moby Dick”, “El príncipe y mendigo”, “Scaramouche”, “El último mohicano” y todos los de Julio Verne… ya te digo… mis padres y mis tíos parecían accionistas de esta editorial. ¡Me volvía loco! ¡Qué historias!

¿Cómo fue su relación lectora?
De descubrimiento y de asombro. La primera historia de Holmes me llegó a las manos con nueve o diez años. De esa historia me impresionó la cantidad de cosas que Holmes podía saber sólo con mirar un sombrero. Desde entonces, Holmes me enganchó…


Le voy a contar una anécdota: el año pasado- mi hijo tenía nueve años -, le regalé una edición ilustrada de esa misma historia publicada por Lumen. No la pudo dejar hasta el final. Ver la cara de mi hijo ante esa aventura era como verme a mí cuarenta y dos años atrás.

¿Qué aventura fue? 
El carbunclo azul. Aparte de la trama, que es prodigiosa y un alarde de deducción y de llevarnos y traernos para arriba y para abajo, me gusta la compasión de Holmes, cuando deja libre al delincuente y dice aquella frase: “supongo que estoy indultando a un delincuente, pero también es posible que esté salvando a un alma”. Me recordó, no sé porqué, al sacerdote que le entrega los candelabros a Jean Valjean en “Los Miserables”.

¿Qué otras aventuras destaca?
“Estudio en Escarlata”. Sobre todo la primera parte. Magnífico Watson narrando su encuentro y sus impresiones sobre Holmes. La segunda parte, “El País de los Santos”, no me interesó tanto. En cuanto al caso, no es de los mejores y también me gusta mucho “Estrella de Plata”. Creo que Holmes está magnífico. Tenemos de todo en este relato. Y algo que me gusta mucho en las  novelas: esos personajes que, en realidad, no son lo que aparentan y… que en nuestra vida real nos causan tantos problemas.

Como Jack El Destripador el tercer gran protagonista de “El pintor de Sombras”.
Más que, Jack, o mejor dicho a través de él, lo que me interesaba era el tema del mal; el porqué algunos sujetos de apariencia normal son unos verdaderos monstruos. Y no para justificarlos, ni para convertirlos en héroes, pues en eso pienso como Steven Arrow: hay que apresarlos y encerrarlos de por vida. Leí mucho sobre asesinos en serie, algunos de ellos con los nombres cambiados y otros con el propio, aparecen en la novela. ¿Qué mueve a esa gente a convertirse en seres monstruosos y a ponernos a todos en peligro? Hay un gusano en el corazón humano que algunos deciden alimentar hasta convertirse en podredumbre y sin un rasgo de piedad, compasión o empatía hacia sus víctimas. Eso era lo que yo quería tratar y, también, la intención de estos sujetos por llevarnos hacia su lado oscuro.

¿A que cree que se debe la inagotable fascinación por Jack el Destripador?
Es una pregunta que me he hecho muchas veces… ¿Por qué nos fascina John Silver el Largo? ¿Por qué le fascina tanto a Jim, por otra parte un buen chico? John es el peor de los villanos, el resto de los piratas son unos auténticos mastuerzos. Pero John es diferente: siempre está a favor de su propia causa y no dudará en traicionar a amigos y enemigos y terminará salvándose. Casi todos los malos se salvan del justo castigo. Los monstruos, si exceptuamos a Rodión Romanovich Raskolnikov, no sufren. Actúan con una frialdad aterradora: lo vemos en pederastas, nazis, asesinos, violadores. Y eso debemos tenerlo muy en cuenta. Son como la materia oscura del universo, sabemos que está ahí, que puede tragarnos … en mi caso, ese es el motivo de la, digamos, “fascinación”. Y en el caso de los lectores: Jack, en nuestro imaginario mental, representa todos esos elementos que nos repelen.

Siempre se ha dicho que fue el primer asesino mediático…
Sí. Se hincharon a vender periódicos. La basura comenzó a conquistar cierto espacio impreso.

En “El pintor de sombras” reflexiona Sobre el papel de los medios de comunicación en potenciar y, en cierto modo, “crear” y difundir la bajeza humana…
Se refiere al capítulo cuarenta y seis, uno de mis preferidos. Cuando Arrow y Sherrinford filosofan sobre el hecho de que la basura pueda convertirse en entretenimiento. Sobre la atrofia que esto causa en la mente de las personas hasta convertirnos en cerdos, al igual que los compañeros de Ulises.  ¿Qué puedo decir? Lo estamos viendo todos los días.

Tiene toda la pinta de que retomará el personaje de Arrow.
Digamos que “El pintor de sombras” contiene el embrión de nuevas aventuras… veo que te has dado cuenta. Pero no será este año ni el que viene. La nueva aventura debe crecer en mi mente y luego debo ser capaz de llevarla al papel. Eso lleva su tiempo.

“El Pintor de Sombras” es muy filmable.
Yo tengo formación cinematográfica y supongo que eso se nota en mi forma de escribir. Pero eso no quiere decir que me condicione, sino que aumenta mis posibilidades expresivas. Lo primero que viene a mi mente a la hora de escribir es una imagen. Y así con cada capítulo. Es como si tuviera una cámara en el interior de la cabeza y que guía mi mano para describir todo aquello que estoy viendo. Sí, creo que es una novela muy filmable y con un buen ritmo cinematográfico. Pero eso en cierta forma es lógico porque me ha pasado media vida en el cine y la otra media leyendo. De hecho, en la novela hay bastantes referencias a películas muy conocidas y que invito al lector a descubrirlas.

Por cierto, ¿Ha tenido ofertas de productoras de cine?
No me ha dicho nada mi agente. Pero ni él ni yo nos opondremos si esto sucede. Es más, estaremos encantados de que así sea. La novela se ha vendido ya a cinco países y hay otras ofertas editoriales en proceso. Es un dato que puede interesar a un buen productor.

Admin - 13:18:07 @ ENTREVISTAS




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